Años y años llevan los expertos intentando entender por qué los
elefantes casi nunca llegan a desarrollar cáncer. De acuerdo con un
estudio desarrollado en Estados Unidos, que se publica en JAMA,
los elefantes tienen 38 copias modificadas (alelos) más del gen p53, un
viejo conocido supresor tumoral, en vez de las dos que tenemos los
humanos. Y además, los elefantes parecer tener un mecanismo más sólido
para eliminar las células dañadas, que son de hecho las que tienen una
mayor probabilidad de convertirse en cancerosas.